Cuando entramos al Club, la cordial voz que nos da la bienvenida es la de Néstor Encalada, uno de los colaboradores que lleva más tiempo con nosotros y que, sin dudas, se ha convertido en un miembro más de la familia de La Dehesa.
La historia de Nestor en el Club ha sido de crecimiento, evolución y constante aprendizaje. Como el mismo cuenta, tuvo inicios de junior, luego fue encargado de mantencion de piscina por dos o tres años y después, con la apertura de la recepción, ha estado encargado de esa área en una labor que todos valoramos y agradecemos.
«Mi llegada al club fue en el año 1978 a los 14 años. Fui invitado por un amigo de infancia para trabajar como caddie. En esos años muchos jóvenes del pueblo de lo Barnechea estudiábamos en los días de semana y los fines de semana nos ganábamos nuestros primeros pesos», comenta recordando sus primeros pasos dentro del Club.
Trae recuerdos también de su etapa como caddie. «Estuvimos en Campeonatos Abiertos con interesantes bolsas de premios. Además llevé la bolsa de profesionales paraguayos, brasileños, argentinos, norteaméricanos y más. Recuerdo el Mundial Amateur del año 98, entre otros. Además, se me viene a la memoria en mi juventud como caddie, lo que significaba venir a trabajar desde lo Barnechea. Cruzar alambradas, potreros con árboles frutales, nogales, guindos, ciruelos, etc. De esas aventuras no me olvido más», comenta con cariño.
Encalada es un enamorado de la lectura y apasionado por la historia. «En general me gusta mucho leer todo y de todo, aunque prefiero las novelas históricas. Mientras más antiguas, mejor. Encuentro muy interesante los modos y costumbres de nuestros antepasados», confesó.
Nestor ha creado un vínculo con muchos de los socios en el día a día y reconoce lo que ha significado el Club para él. «El club significa mucho para mí. Me siento valorado y muy bien recibido por los socios. Además, lo que soy cómo persona es en gran parte al Club de Golf La Dehesa», agregó.
Concluyó con un mensaje de agradecimiento a toda la comunidad del Club. «Gracias por permitirme hacer mi trabajo de forma correcta y agradable. Además, muchas veces me han demostrado su aprecio y respeto. También decir que, en mi, tienen alguien dispuesto a prestar ayuda y atención», concluyó Nestor.